EbreOci. Terres de l'Ebre, delta del Ebro

Cuando queremos hablar de la Historia de Ribarroja nos debe remitirse a la época prehistórica y referirnos a varios restos neolíticos localizadas dentro del término municipal. También otros restos arqueológicos nos hablan de la presencia de los íberos en la zona de la actual ermita de Santa Madrona, donde el año 2004 fue localizada una necrópolis preibérica. También hay constancia de la existencia de un poblado ibérico en el cerro donde está la ermita.
Del paso de los romanos por nuestro pueblo quedan frente al pueblo, al otro lado del río. Parecen corresponder a una villa romana recientemente descubierta. Las dimensiones de esta villa hacen pensar en un lugar de vivienda notable, con campos de cultivo, con prensa de vino y molino de aceite que servían para el autoabastecimiento de sus habitantes. A la entrada del pueblo viniendo por la carretera que T-741 está la partida llamada La Romaneta de claras reminiscencias romanas. Posiblemente también por aquella zona, tal como demuestran también algunos restos arqueológicos localizados por Salvador Vilaseca, había alguna otra villa romana.
Los sarracenos llegaron a la Península Ibérica en el año 711 y rápidamente se expandieron por todo el territorio. La antigua Hispania fue ocupada por estos pueblos norteafricanos que llevaron una nueva forma de organización política, una nueva cultura y una nueva religión. La zona de la Ribera de Ebro fue ocupada por los sarracenos hasta el siglo XII, aunque su permanencia en estas tierras se prolongó hasta su expulsión definitiva en el siglo XVI. De su presencia en Ribarroja de Ebro dan prueba la existencia del Castillo y la estructura misma de las calles del casco antiguo. Pero también las tierras de regadío en la orilla del río con sus norias que permitían regar los campos y que actualmente tienen el nombre de Las Norias, una de las partidas de tierra más importantes de la población.
El siglo XVIII se inició con un cambio importante en la vida del pueblo, como en la de todo el Principado, como consecuencia de la llegada de los Borbones al trono español. La nueva dinastía suprimía las instituciones catalanas, imponía el sistema administrativo castellano y prohibía el uso de la lengua catalana en los actos oficiales y en la administración. También supuso un cambio en la administración municipal. Esta, además del alcalde y de los concejales, debía integrar un síndico, funcionó real que controlaba todas las actuaciones del alcalde. Estas autoridades municipales, también las impuestas, las encontramos documentadas en varios documentos de Ribarroja, tales como el arrendamiento de la panadería de la villa del año 1788.
Es también en estos momentos cuando, a raíz de la apertura de Cataluña al comercio con América, que en todo el Principado se dio expansión económica importante. Este hecho propició la construcción de la iglesia parroquial ya que la anterior iglesia había quedado pequeña. La consagración se llevó a cabo el 1793 aunque en la fachada consta, bajo la Cruz del Malta, la fecha de 1789. Parece que hubo problemas para terminar las obras de la iglesia ya que, al 1783, las autoridades municipales solicitaron a los hospitalarios la finalización del retablo mayor y del campanario, ya que el resto estaba terminado.
La economía del pueblo estaba basada en el campo, pero también en el trabajo en las minas de carbón del entorno. Y el río constituía un elemento fundamental para el transporte de las materias primas y de los frutos del campo. Los laúdes navegaban por el río, dando vida a todos los pueblos de su orilla. Desde finales del siglo XIX algunos ribarrojans trabajaban en la fábrica de Flix. Pero la economía cambió radicalmente con otro elemento que también hay que apuntar: la construcción de la central hidroeléctrica. Esta obra significó la llegada de población en Riba-roja, una importante expansión en la economía y la urbanización de nuevas zonas en el pueblo. Surgieron los barrios de casas de Santo Domingo, de la ENHER y el barrio de Santa Madrona. La central hidroeléctrica vino seguida por la construcción de la Central Nuclear de Ascó, que también aportó nuevos habitantes al pueblo.

Text extraido de la pagina web http://www.riba-roja.cat