La Galera - Tierras del Ebro

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La Galera - Tierras del Ebro

700 años de historia



(1303 a 2003. 700 aniversario)

Al hablar de la población de la Galera, debemos hablar de un elemento natural que es la base de su origen, y ha sido un componente determinante. No es ninguna novedad, todos los Galerenca saben: me refiero al barranco de la Galera. En cierto modo, podríamos decir que el barranco es para la Galera lo que el Ebro es para Tortosa, y, a pesar de las obvias diferencias, no os creáis que sean comparaciones tan lejanas. Si finalmente los proyectos transvasistas acaban ejecutando, río y barranco tendrán una sequía similar. El hecho es que el Barranco, aparte de dar el nombre al pueblo, le ha dado su razón de ser.
           
El Barranco, origen del pueblo

 Durante muchos años el Barranco representaba una línea divisoria, la meta entre dos jurisdicciones: por un lado, la jurisdicción señorial del comendador de Ulldecona, es decir, del orden de los hospitalarios, y, por otra, la jurisdicción de Tortosa, es decir, del rey. No ha sido gratuito el hecho de que tradicionalmente la población haya crecido en esta parte del Barranco, siendo de crecimiento más reciente la de la otra; más o menos-insisto-como el que ha pasado a Tortosa. Sobre el papel de límite y partición del Barranco, hay un hecho histórico (relatado en la documentación) que tiene buena parte de anécdota, y que alguna vez he tenido la ocasión de explicar. Consta en un proceso de Veguería del siglo XIV como una vez el veguer de Tortosa fue persiguiendo un proscrito, alguien que tenía deudas con la justicia real. La persecución le llevó hasta la Galera. El personaje perseguido atravesó el puente, y, cuando fue a la otra parte, comenzó a hacer gestos, digamos irreverentes, contra el veguer, quien se guardó mucho de atravesar el Barranco, porque, aunque su jurisdicción se lo permitía, allí comenzaba la titularidad de los hospitalarios, del pedido de Ulldecona.

Por tanto, el Barranco es el elemento identificativo natural por excelencia, y casi podríamos decir que es el elemento fundacional de la Galera. La razón por la que se construyó la Torre es justamente la de defender el paso del puente sobre el Barranco.

 Fundación del pueblo

Pero cuando comienza a haber una población concentrada en el entorno del Barranco?, Y cuando podemos hablar de un incipiente núcleo de población?. Esto, no lo sabemos con exactitud. Sobre un posible asentamiento anterior al siglo XIV sólo nos podemos mover en el terreno de las suposiciones, en suposiciones más o menos verosímiles, pero hasta hoy no tenemos ninguna prueba tangible que nos indique que había una población ni en época ibérica, ni en época romana, ni en época árabe. En cambio, sí sabemos que a principios del siglo XIV se concreta una población que será el origen del actual pueblo.

Pero, y ahora me podría preguntar exactamente cuando se establece esta población?. Bueno, desgraciadamente no se ha conservado ningún acta fundacional, lo que conocemos en otros lugares como una carta puebla, es decir, la concesión por parte de un señor o del rey de unos terrenos, de unos recursos y de unos privilegios para establecer una población. Pero, de la Galera, no se conoce la carta puebla. Y entonces nos podríamos preguntar: ¿cómo es que este año celebramos el 700 aniversario de la fundación?. A veces estas preguntas no tienen una respuesta clara, y muchas otras veces mejor no hacerse según qué preguntas.

En el caso de la Galera, sin embargo, podemos decir que sabemos por la documentación que en 1303 (es decir, este año hace 700 años) debía existir, por lo menos, una agrupación de población incipiente. Y esto lo sabemos por la sentencia de un pleito entre los pobladores de Godall y su señor, Ramon de Centelles. Resulta que los godallencs de la época protagonizaron un gran éxodo hacia la llanura, hacia el barranco de la Galera, y no parece que fuera por razones climáticas (que tampoco podemos descartar), sino porque (y esto es lo que hemos de sobreentender en el documento) las condiciones de hábitat, de asiento, eran más favorables a la Galera, lo que por otra parte nos da a entender la existencia de un marco jurídico adecuado, una carta puebla. Es sabido que, como norma general, las condiciones de asentamiento eran mejores en poblaciones reales (el caso de la Galera) que en poblaciones señoriales (el caso de Godall), en el que el poder del señor era más cercano y cargante para los súbditos.

Por tanto, la entonces recién estrenada "autonomía" de la Galera (que en ese momento dependía de Tortosa, y por tanto del rey) despertaba el interés de las poblaciones vecinas, especialmente de Godall. Sin embargo, la sentencia de 1303 decretada por el juez de la Corte invalidó la espontaneidad de los vecinos de Godall y los obligó a mantener el juramento de fidelidad atado con su señor, juramento que les exigía como vasallos suyos de permanecer en sus tierras.

De esta manera, se puede marcar esa fecha (aunque sea indirecta) como el inicio de una población que ya ha llegado a sus primeros 700 años, una cifra muy respetable. Lo que ha sido la Galera durante estos años no haré ninguna relación detallada. Habría invertir mucho tiempo, y además me consta de la existencia de un libro, que ya pretende ser un compendio.

La Torre

De las diferentes etapas en la evolución del pueblo quizás baste decir un par de cosas, ambas de la baja edad media (siglo XIV), porque se trata, de hecho, el origen de la población, y porque es unos de aquellos aspectos que he estudiado personalmente. Por un lado, está la Torre. Sin duda, la torre de la Galera es el elemento arquitectónico más representativo e identificativo. Y lo es tanto por su misma imagen (imponente desde la distancia, sobresaliendo en la llanura) como por el hecho de que se trata del patrimonio histórico de la Galera más importante hoy todavía en pie. Curiosamente, la función defensiva propia de la Torre, promovida por el municipio tortosino durante su hostilidad con los hospitalarios (lo que derivó en una verdadera guerra), y construida entre 1340 y el 1342, duró poco más de cincuenta años.

Desde la finalización de las obras, la Torre tuvo problemas estructurales graves, especialmente en la cubierta en bóveda de cañón. Finalmente, en 1397 el techo se hundió y la Torre ya no se recuperó hasta que, a principios del siglo XVIII, se instala la Iglesia parroquial, que subsiste con transformaciones y reconstrucciones hasta hoy.

Las dos funciones del edificio (torre defensiva e iglesia) se unen, resultando un elemento singular, donde se mezclan con naturalidad almenas y un campanario, mirillas y un reloj.

 Las ordenanzas medievales

 La otra cuestión de qué quería hacer mención es la de las ordenanzas medievales. Como lugar que pertenecía al término general de Tortosa, el municipio tortosino dictaminaba durante la baja edad media una serie de ordenanzas que regían la actividad social de la Galera. Tenemos constancia desde el primer tercio del siglo XIV. A grandes rasgos, estas ordenanzas o establecimientos reglamentaban el buen ordenamiento de las actividades económicas de la época, que eran, como podemos adivinar, básicamente la agricultura y la ganadería. Para evitar que el ganado estropeara viñedos o sembrados, estipulaba una lista detallada de multas (de valores importantes) que los infractores debían satisfacer. Como bien de primera necesidad que había que proteger y regular, el agua merecía la atención de los legisladores, y éstos velaban por el uso racional que se debía hacer de la balsa y del pozo (que era encima del puente), como elementos esenciales de la población.

La actividad mercantil y artesano de aquella época era reducida debido al carácter eminentemente agrícola y ganadero de la población. Sin embargo, y gracias en esta documentación, sabemos que había un molino de aceite, un horno, una taberna y algún hostal. Ciertamente, puedo acreditar que esta información es más de la que poseemos de la mayor parte de poblaciones del Baix Ebre y Montsià.

 La Galera, lugar de paso y de estancia

 La percepción de la Galera durante la Edad Media como un lugar discreto se ve trastocada alguna vez, como cuando ha habido algún conflicto bélico o cuando ha ocurrido alguna celebridad. En 1431, la reina María de Castilla, esposa de Alfonso el Magnánimo, decidió comer en la Galera proveniente de San Mateo. Parece que la población no estaba a la altura de sus exigencias (pensamos que donde iba la reina le acompañaba una corte extensísima, que también solía comer con ella, claro) y pidió (la reina) a los prohombres de Tortosa que hicieran llevar a la Galera la cantidad suficiente de pescado, pan, vino y avenas. No queda otro documento que nos muestre enfado o satisfacción, pero seguro que si fuera hoy la reina María quedaría bien complacida.

El Puente

 En este corto resumen histórico de los primeros años de la Galera como pueblo, desde el punto de vista escenográfico, habría que situar dos piezas más de arraigado carácter medieval, y que desgraciadamente no han subsistido hasta hoy: el Puente y la Cruz de término . El puente de piedra, que, siguiendo el símil con que hemos empezado este resumen histórico, debía ser el que el puente de barcas fue para Tortosa, tuvo una estructura un poco precaria. A mediados del s. XIV, prohíben que se atraviese por el puente con muelas de moler tiradas por bestias. Si había atravesarlo sólo se podía hacer con la fuerza de los hombres a fin de evitar dañarlo. Una precariedad que no impidió que el Puente sobreviviera a pesar desperfectos y arreglos, parece que cerca de seiscientos años más (no tengo constancia del levantamiento de otro puente), hasta que fue destruido con explosivos en 1938 , dentro del contexto de la Guerra de 1936-39.

 La Cruz

 De estilo gótico florido, y una pieza relevante del siglo XV desde el punto de vista artístico, la antigua cruz de término había sido mutilada en el transcurso de las Guerras carlistas. Uno de sus brazos fue escindido, y se guardaba desde entonces en la Iglesia parroquial. A finales del siglo XIX, el último día del mes de diciembre de 1899, a causa de una nueva urbanización y alienación de calles, el Pleno del Ayuntamiento de la Galera había decidido su derribo (como podemos ver, pues, no siempre se hacen las cosas bien hechas). La figura intelectual de Francisco Mestre y Noé lo evitó. En pocos días movilizó dignidades del mundo de la cultura, del arte y la Iglesia, que hicieron cambiar de parecer el alcalde y el ayuntamiento, los cuales decidieron el traslado de la Cruz, e incluso su restauración en reconstruir el brazo roto, como mal menor. A pesar de los esfuerzos, la Cruz no subsistir los estragos de la pasada Guerra del 1936-39, pero el ejemplo de la intelectualidad comprometida (aunque sea con el patrimonio) ejemplificada por Maestro y Noé, y la sabia decisión de rectificar por parte del alcalde de la época, son valores hoy en día en desuso que creo que vale la pena reivindicar.

 San Lorenzo

Este santo aragonés es uno de los mejores ejemplos, a pesar de su linaje, lo que conocemos por la flema inglesa. En la última fase de su martirio, cuando lo pusieron en una parrilla sobre las brasas, dijo tranquilamente: "Assasti unam partem,, gira te aliam te manducam", es decir, como que ya estaba cocido de una parte, para hacerse comestible, pidió que el giraran del otro lado. Toda una lección de perseverancia, sentido del humor y gastronomía.

Por las características de su vida y su actividad ejemplar, San Lorenzo ha sido el patrón de diversos colectivos. Por un lado, los pobres, ya que él los había distribuido las riquezas cuando tuvo la responsabilidad de ser tesorero de la Iglesia. Como diácono que era, y por tanto encargado de los Libros Sagrados, se ha convertido también patrón de bibliotecarios, bibliófilos y libreros. Y, finalmente, por las condiciones de su martirio ha sido el protector de oficios expuestos a quemaduras, como bomberos, panaderos, carboneros, cocineros, vidrieros, planchadoras, etc.

Felipe II propiciar su culto, hizo edificar el monasterio de San Lorenzo de El Escorial que en planta tiene la forma de parrilla, y lo convirtió en un santo de devoción española, ya que así conmemoraba la batalla y victoria de San Quintín, que tuvo lugar el día del santo. Desconozco de cuando data la advocación de San Lorenzo en la Galera, pero presumiblemente parte de esta expansión del siglo XVI.

 Así, pues, a quien sea o se considere pobre, a quien le gusten los libros, y supongo que a quien le gusten las asadas, o bien a quien se considere quemado en su labor diaria, o bien sencillamente a quien sea de la Galera, tiene en San Lorenzo la advocación apropiada, y por tanto lo invito a festejar esta festividad.

 Una reflexión final

 Como excepción a la dinámica actual, para terminar quisiera pediros que, de vez en cuando, variéssiu el ritmo impuesto, que la alentíssiu un poco, y, aunque sea momentáneamente, miraran atrás, hacia su pasado. Si no lo hace así, seguramente llegará antes (exactamente no sé bien en qué lugar), pero corre el riesgo de no saber a qué atenerse.

 Así, pues: la sentencia de Godall, el Barranco, la Torre, el Puente, la Cruz, las ordenanzas, el ganado, las jurisdicciones, y un largo etcétera, forman parte de su / de nuestro pasado. Según cuáles de estos valores de su / de nuestro presente y, según como lo hiciéramos o hiciese, dependerá su / nuestro futuro. Vatros tenéis mucho que decir.

 

Albert Curto Homedes

Director del Archivo Histórico Comarcal de las Tierras del Ebro

Texto extraído de la web: http://www.galera.altanet.org/turisme/700_anys_dhistoria.php


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